Alimentación biológica, que necesitas saber realmente

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Alimentación biológica, que necesitas saber realmente

Seguramente las palabras alimentación biológica resuenan en tus oídos. Ves crecer cada día la oferta de productos bio. Incluso tiendas especializadas en alimentación biológica… y a pesar de todo ello persisten las dudas: etiquetado, ventajas reales, razones de peso para su compra, precio, que escoger,…

Es normal. Hay mucha información que contrastar y concretar. Y es importante conocerla: la alimentación biológica va mucho más allá de ser una moda. Es una actitud vital y una apuesta por la salud. La tuya y la de todos.

La alimentación biológica. Su nacimiento

El cultivo bio y la alimentación biológica nacen cómo reacción a un método de producción agrícola y ganadero absolutamente intensivista. Este modelo nació al calor del desarrollo de la química, de las grandes multinacionales y de la promesa de producir alimentos para una, cada vez mayor, población mundial. Y aquí está la falsedad: no es una cuestión de producción sino de reparto.

Esa “revolución productivista e intensiva” ha generado un sistema que propicia toda una serie de problema asociados a nivel de salud (obesidad y malnutrición), climáticos (¡el cambio¡), ecológicos (la pérdida de múltiples variedades locales perfectamente adaptadas), sociales (latifundios y monocultivos en manos de grandes corporaciones), pérdida de soberanía alimentaria… y aún así la llamaron “revolución verde”.

La alimentación biológica: sus características

Ante tamaño dislate surgen en los años 80 grupos de agricultores que practican y defienden las formas tradicionales de trabajo. Con el uso de semillas de variedades locales perfectamente adaptadas al entorno. Sin transgénica. Con abonos naturales (restos orgánicos animales o vegetales). Trabajando la tierra respetuosamente con rotaciones de vegetales y leguminosas, arando suavemente, …. Evitando el uso de plaguicidas y herbicidas sintéticos. Aprovechando la sinergia de determinados cultivos o el poder pesticida de las propias plantas. Con un precio justo para el agricultor. Y no hay que olvidar la ganadería. La palabra clave es bienestar animal: alimentación de pastos y forraje, espacio para moverse, no hacinamiento, ausencia de tratamientos hormonales y antibióticos innecesarios…

Todas estas prácticas no dejan de ser las de siempre y son producto del conocimiento acumulado durante 10.000 años. Finalmente, en 1992 fueron recogidas por la CEE (Comunidad Económica Europea). Una normativa única para Europa y que el Ministerio de Agricultura de cada país debe trasponer y velar por su cumplimiento, si el alimento quiere ser vendido como propio de una “alimentación biológica”.

Qué es exigible y que no lo es en la alimentación biológica

Otros aspectos, cómo ser un producto de temporada o de kilómetro cero (producido en un entorno de un máximo de 50 km), un packaging exento de plásticos… no son imprescindibles. Pero nos hablan directa o indirectamente de “una huella del carbono cero”. Es decir, que generan una mínima o nula cantidad de gases invernadero y que por lo tanto están en sintonía con los objetivos de una alimentación biológica.

Cómo identificar que lo que compro es auténtica alimentación biológica

Un alimento obtenido por métodos bio está sujeto a exigencias y controles en todas las fases de su elaboración. Los operadores (desde el agricultor hasta el vendedor) que intervienen están sometidos a auditorías. Pasarlas les da derecho a poner un sello indicativo. Existen multitud de sellos. Cada Comunidad Autónoma dispone del suyo. Por otro lado, algunas Comunidades delegan además estas auditorías a empresas privadas, cada una de ellas con su sello propio.

Con frecuencia estas empresas buscan obtener (y pagar) por varios sellos. Por ejemplo, el propio de la comunidad dónde se produce el producto (obligatorio) y uno o varios de los lugares donde se vende (si es que se exporta a otra Comunidad Autónoma o país).

La consecuencia: una selva. La CEE consciente de esta realidad y para facilitar su lectura ha decidido que, siempre que se haya conseguido como mínimo un sello, automáticamente, se añadirá el unificador para toda Europa: la ECOHOJA.

Esto también es válido para los productos frescos. En este caso en la caja del producto o debe haber una etiqueta que señala su procedencia y debe acompañarse del sello/s pertinentes.

importancia alimentación bio

La nutrición en la alimentación biológica: vitaminas y minerales en los vegetales

Y llegados a este punto seguro que estáis pensando. Estupendo. Pero ¿y para mi salud? ¿Se ha demostrado realmente que estos alimentos son mejores? Si. Disponemos ya de una amplia evidencia que verifica las ventajas de la alimentación biológica.

Así, los vegetales bio ofrecen una cantidad mayor de minerales, vitaminas y fitonutrientes. Ó mejor dicho, lo que pasa es que los alimentos obtenidos de forma intensivista tienen pérdidas de nutrientes que, en algunos casos, pueden llegar a ser de hasta un 80% y que afectan especialmente a oligoelementos, vitamina C y fitonutrientes.

Por lo tanto, con la alimentación biológica recuperamos en realidad su auténtico valor vitamínico-mineral. Y además nos alejamos de la “malnutrición oculta” a la que nos lleva la alimentación convencional, pese a escoger alimentos presuntamente adecuados. Las razones de tales pérdidas son la pérdida de la riqueza del suelo y el uso de variedades estándar, recogidas además cuando el vegetal no está aún en su punto de madurez.

La nutrición en la alimentación biológica: proteínas y grasa en los animales bio

Los estudios lo confirman. El pescado bio contiene mayores cantidades de ácidos grasos insaturados y de niveles de omega 3 hasta un 20% más alto que el no bio. Un 20% más de salud.

Para quien opte también por el consumo de carne hay que señalar que la carne bio presenta un porcentaje de proteína mayor a la vez que un menor aporte de grasa. La comparación es especialmente escandalosa cuando nos desplazamos hacia los preparados cárnicos (carnes picadas) dónde en la opción convencional se adicionan aditivos, proteínas lácteas, almidones, partes grasas… todo permitido legalmente, pero que llegan a disminuir hasta en un 25% el aporte proteico y aumentar el gasto hasta en 10 o 15 veces.

El peso del agua: Alimentación biológica versus alimentación convencional

Y por si esto no fuera suficiente, hay otro elemento en el que raramente pensamos: el agua de los alimentos. Porque si, casi nunca caemos en la cuenta de que todos contienen agua en mayor o menor grado. 

Vegetales, pescado y carne convencionales: tienen una cantidad de agua superior a su opción bio. En unas cantidades que pueden llegar a ser hasta un 50% más altas. Los abonos sintéticos atraen agua hacia los vegetales. Los animales en ganadería intensivista sufren más estrés y tienen poca movilidad. Consecuencia: más agua entre sus carnes.

Y no sólo es un tema de conciencia o de precio: el agua diluye el sabor de los alimentos y facilita una descomposición precoz”. Así por ejemplo, un vegetal bio se mantiene en mejor estado más semanas que uno no bio. Menos agua, más fitonutrientes. Está acostumbrado a ser fuerte, a resistir. Ha tenido menos protección en su crecimiento.

El precio de la alimentación biológica: ¿caro o barato?

Por tanto, al final, si quieres ver cuánto te ha costado cada gramo de proteína, cada miligramo de vitamina o mineral ¿realmente hay tanta diferencia? Esta es más aparente que real. Rentabilidad es la palabra. Eso mirando sólo tu bolsillo. Si a ello añadimos el coste que esto representa para el mundo en múltiples sentidos, la respuesta está clara.

Por otro lado, es verdad que todos los operadores deben pasar controles y pagar a la administración. Todo ello implica un gravamen para el precio final de la alimentación biológica.

Comprar alimentación biológica sin que se resienta el bolsillo

SI hay que elegir, porque no puedes comprarlo todo bio, aquí tienes una buena opción: los alimentos de base, los que se toman en mayor cantidad serán ecológicos, con todas las ventajas que comporta.

Por lo tanto, prioriza la compra de fruta, verdura, legumbres y cereales integrales bio, pero a la vez reduce el consumo de productos de origen animal. Pura pirámide mediterránea. O si te atreves a más, alimentación vegetariana o vegana con suplementación de vitamina B12. El mayor gasto en alimentación biológica o compensarás con la menor compra de productos animal (más caros).

Consejos básicos para una alimentación sostenible:

Apostar por una alimentación respetuosa con el planeta y con la salud de sus habitantes presentes y futuros (incluido/a tu) es más sencillo de lo que crees. Simplemente sigue estos pasos:

  1. Consume productos locales y variedades autóctonas. Busca su origen en las etiquetas, Compra directamente a agricultores-cooperativas, visita tu mercado municipal y tiendas de dietética.
  2. Prioriza los alimentos de temporada y en su punto de madurez. Están en su óptimo nutricional y al mejor precio.
  3. Reduce el consumo de alimentos de origen animal.
  4. Aumenta progresivamente la compra de alimentación biológica. Especialmente vegetales y legumbres.
  5.     Disminuye el desperdicio alimentario. Compra planificadamente.

 

Cómo dijo el astronauta Neil Armstrong: “un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad”. Pero no hace falta que vayas hasta la luna. La Tierra te necesita. Y con solo que des un pequeño paso es suficiente. Apuesta por la alimentación biológica.

 

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