La veneración por los árboles no es algo nuevo. En Japón se celebra la floración de los cerezos en primavera, los celtas adoraban a los árboles, y en muchas otras culturas y religiones, estos poderosos vegetales han sido grandes protagonistas.
La arbolterapia o la terapia de abrazar un árbol, es una nueva doctrina que nos anima a abrazar árboles para dejarnos recargar por su energía y acompasar nuestra vibración con la suya. Los beneficios van desde mejorar nuestro ánimo y reducir la depresión, a calmar dolores, relajarnos, superar adicciones e incluso mejorar distintas alteraciones mentales.
Lo mejor de esta terapia natural es que es gratis, solo hay que buscar un lugar tranquilo, con árboles sanos, escoger uno y abrazar un árbol durante unos minutos. Tanto tu como el árbol, os beneficiareis de ese momento.
De hecho los árboles son auténticos terapeutas de la naturaleza. Depuran el aire que respiramos y lo liberan de partículas que pueden entrar en los pulmones y llegar incluso hasta el cerebro y ahí causar inflamación, que altere nuestras capacidades cognitivas y emocionales. Además liberan oxígeno y compuestos volátiles que hacen que se forme ozono, un gas que reactiva nuestro organismo, es antiinflamatorio y antiséptico (mata microorganismos).
Los colores son otra cualidad de los árboles. Observar el verde de sus hojas (colorterapia) resulta relajante y tranquilizador, igual que escuchar el sonido del viento entre sus ramas.
Los niños también se benefician del contacto con los árboles y la naturaleza. De hecho así lo muestra un estudio dirigido por el Dr. Jordi Sunyer y hecho en Barcelona. En este estudio se observaron 2.600 niños de entre 7 y 10 años, y se vió que los estudiantes de las escuelas que estaban más próximos a zonas verdes, tenían un 5% más de desarrollo cognitivo que los que estudiaban en colegios con menos zonas arboladas.