Los peligros del azúcar
El alto consumo de este carbohidrato simple, la sacarosa, se debe a varios factores. En primer lugar, diversos indicios sugieren que la satisfacción inmediata provocada por el sabor dulce puede convertirse en una adicción. Esto es particularmente arriesgado cuando se emplea en productos dirigidos a los niños.
En segundo, está presente en una gran cantidad de alimentos procesados, como el ketchup, el pan y ciertos lácteos. El resultado es que aumenta significativamente la cantidad que ingieres sin darte cuenta.
Además, muchas personas acostumbran a tomar leche con azúcar para el insomnio. No obstante, si quieres dormir mejor, dispones de complementos alimenticios para ayudar a conciliar el sueño, por ejemplo, la melatonina y los productos de la gama Sueño de Santiveri.
La sacarosa, por su parte, favorece el incremento de la secreción de insulina y eleva el riesgo de padecer diabetes y obesidad. A su vez, la pérdida de minerales del tejido óseo se acelera, lo que predispone a desarrollar osteoporosis.
5 estrategias para controlar la ingesta de azúcar
Por los motivos expuestos, conviene disminuir el consumo de azúcar. Pero ¿cómo puedes conseguirlo? Te lo mostramos a continuación.
1. ¿Son útiles los sustitutivos?
Recurrir a sustitutivos como el sirope de agave o la miel no contribuye a cuidar tu salud. Siguen conteniendo una alta concentración de carbohidratos simples, que causan las mismas alteraciones metabólicas mencionadas.
En cuanto a edulcorantes como el aspartame, la estevia o la sacarina, resultan más dulces que el azúcar. Se utilizan ampliamente, no solo en la industria alimentaria en gelatinas, refrescos, chicles, mermeladas y chocolates, sino en casa.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud advierte de que predisponen a padecer enfermedades cardiovasculares, razón por la que su consumo excesivo tampoco es la solución. Lo ideal es que te vayas acostumbrando a los sabores menos dulces.
2. Lee las etiquetas
Por ley, todos los productos deben tener un etiquetado con la información nutricional que describa la cantidad de calorías, sodio, grasa y sus tipos, y proteínas. Asimismo, se describen los carbohidratos, entre ellos los azúcares, y al conocer estas proporciones, podrás elegir los que tienen un menor porcentaje.
Aun así, la lista de ingredientes es más importante todavía. Aparecen en un orden determinado, siendo el primero el más abundante, y después se enumeran el resto en orden descendente. Si el azúcar figura entre los tres primeros, no te conviene adquirir ese alimento, como sucede con algunas galletas.
Hay otro dato de gran relevancia: en algunos productos con el reclamo «sin azúcares añadidos» puedes leer los ingredientes que aparecen en el listado de abajo. Cuidado: aunque el nombre cambie, siguen siendo carbohidratos simples.
- Siropes o jarabes de arce, maíz o caña.
- Dextrinas y maltodextrinas.
- Azúcar invertido, de malta o de coco.
- Dextrosa.
- Melaza.
- Almidón de maíz.
3. Presta atención a la fructosa
Vale la pena destacar la fructosa como un caso particular. Se trata del carbohidrato simple presente en las frutas, razón por la que parecería inofensiva. Y lo es, porque tiene un índice glucémico menor, es decir, se transfiere a la sangre con más lentitud que la sacarosa.
Esto es verdad siempre y cuando la consumas como fruta, y no como un ingrediente extraído y concentrado para elaborar productos industriales. En este caso, la fructosa funciona como azúcar añadido, y ya no resulta inocua.
4. Acostúmbrate al sabor menos dulce
Disminuir la cantidad de sacarosa es la mejor manera de librarte de la afición por lo dulce, mientras aprendes a apreciar el sabor natural de los alimentos. Lo más efectivo es ir rebajando de forma progresiva el consumo y sustituyendo los alimentos o ingredientes por alternativas más naturales.
5. Tu alimentación saludable comienza en la cocina
No comprar productos que contengan muchos carbohidratos simples es lo mejor para evitar tentaciones. Por ejemplo, si adquieres piña o melocotones procesados, cerciórate de que están envasados en agua, no en sirope. Aquí tienes algunos consejos adicionales:
- Reduce progresivamente las cucharaditas que añades al café o al té.
- Elimina el azúcar de mesa.
- Cambia los refrescos por zumos con pulpa.
- Compra cereales sin azúcar.
- Saboriza con esencias de vainilla, limón o almendra, así como especias.
- Disminuye el tamaño de la ración cuando comas un postre.
- Las frutas muy maduras o deshidratadas pueden servir para endulzar bizcochos, tortitas o cereales.
Conclusión
Los azúcares simples son nutrientes necesarios, pero consumidos en exceso pueden resultar perjudiciales para tu salud. Aunque en el mercado existen varios tipos de sustitutos, lo ideal es aprender a reducir la ingesta de azúcar progresivamente. Para conseguirlo, cuentas con varios recursos y estrategias.
En definitiva, tu alimentación saludable lo será mucho más si sigues estos consejos y restringes el consumo de azúcar. Santiveri te ofrece un mundo de posibilidades: solo tienes que visitar nuestra web y lo comprobarás.