Ahora toca preguntarnos ¿y eso como puede ser? Bien vamos por partes. El free running es correr en libertad, es decir correr por placer y hacerlo en un entorno lo más natural posible. Así que si tienes un parque grande o puedes acercarte a la montaña o al campo, mejor que mejor. Porqué con el free running pretendemos correr sin una ruta o un tiempo fijado, sin marcarnos velocidades ni distancias. La idea es calzarte las zapatillas y salir a correr mientras disfrutas del paisaje y la naturaleza. Vamos salir a correr para pasárselo bien.
De ese modo recargamos nuestras pilas energéticas y nos acercamos aún más a la naturaleza.
Pero eso no es todo. Al correr por una ruta distinta cada día y eligiendo terrenos con pequeñas dificultades (desnivel del suelo, correr sobre hierba, pequeñas inclinaciones…) nos obliga a estar más atentos. Porque la idea del free running es esa, improvisar… saltar charcos si te los encuentras, esquivar baches, adaptar tu carrera al terreno… en definitiva, entrenar tu capacidad de improvisación y atención.
Esa atención combinada con el efecto de neurogénesis (creación de nuevas neuronas) que acompaña al deporte, mejoraremos nuestras capacidades intelectuales: aprendizaje, inteligencia, memoria…
Pero eso no es todo… Hacer deporte ayuda a prevenir y tratar la tristeza, la ansiedad e incluso el estrés y la depresión. Y el contacto con la naturaleza también ayuda a lo mismo. Así que si sumas deporte y naturaleza, el efecto aun es mayo. Por lo tanto free running es una forma divertida, agradable y estimulante de cuidar de tu cuerpo, de tu mente y de tus emociones.
Si te animas a empezar lo tienes fácil porque es libre, “free”. Tú empieza a correr, a principio te costará pero como es libre puedes parar e ir andando hasta recuperar el aliento. Recuerda que no tienes una ruta definida, ni un tiempo que cumplir, ni tan solo una velocidad que alcanzar.
Cuando lleves varios días verás que cada vez aguantas más. Eso te animará, e incluso tu mismo te pondrás pequeños retos. Te dirás a ti mismo “¡venga! no pero hasta pasar ese árbol…” . Cuando te des cuenta, comprobarás que en lugar de aguantar 5 minutos, aguantas 10, y luego 15, 20… y todo ello mientras disfrutas de la naturaleza, estás atento al terreno y te sientes cada vez mejor contigo mismo.
Así que ¡ánimo! Escoge tus zapatillas deportivas, busca ropa cómoda, piensa en ese parque o en el campo que tienes cerca de casa y… “preparados, listos…ya” puedes lanzarte a practicar free running.