Pronunciado como hu-ga, el hygee, va más allá de ser un estilo de vida, es un sentimiento similar al confort y la comodidad. Para que te hagas una idea, sería esa sensación de estar en un lugar cómodo, a la temperatura perfecta, acompañado de la persona que más quieres mientras tomas tu bebida favorita. Cierra los ojos e imagina. Eso es el hygge.
Pues bien, en eso se basa el secreto de la felicidad danesa, en vivir en un estado hygge. Para ello los daneses han aprendido a ser felices con lo que tienen y con lo que son. Y nosotros también podemos entrar en ese club de felicidad y bienestar.
Para desarrollar esos sentimientos de felicidad y serenidad, lo importante es que seas consciente de lo que tienes, ya sea tiempo, cosas, amigos… todo eso que tenemos y que muchas veces no valoramos. Y descubre y siente lo valiosas que son cada una de esas cosas. Así podrás llenar de auténtica felicidad cada momento de tu día a día.
Por eso algunas recomendaciones para practicar el hygge son:
- Reserva cada día un poco de tiempo para ti mismo y dedícalo a hacer algo que te guste de verdad, y disfruta el momento.
- Queda con los amigos y con la familia y aprovecha para charlar de cosas positivas y reconfortantes. Tu mente se llenará de positivismo.
- Haz que tu casa, la oficina o el lugar de trabajo sea un lugar confortable, con una atmosfera agradable, serena y relajante. Puedes jugar con las luces, los aromas o poner una decoración agradable. Incluso poner una plantita en tu mesa de trabajo puede hacerte sentir mejor.
- Prepara comidas sencillas pero elaboradas con alimentos que tengan los sabores que te gustan. La idea es que sean saludables y que cuando los comas disfrutes de cada bocado. Los alimentos ecológicos son una buena opción.
- Al despertarte por la mañana, disfruta de la cama unos minutos antes de levantarte.
- Aprender a transformar las obligaciones y el trabajo en momentos felices, por ejemplo tomando una infusión que te guste o poniendo tu música favorita.