Tomillo, tu aliado contra el resfriado
El tomillo (Thymus vulgaris)es pequeño pero matón, y es que además de ser una de las plantas más aromáticas de la cuenca Mediterránea, tiene un montón de principios activos estupendos para ayudarte a aliviar las molestias del resfriado y de otras infecciones respiratorias, como son la congestión y la tos.
Si la tos se ha convertido en una molestia, moqueas sin parar o te molesta la garganta, déjate ayudar por el tomillo, una de las plantas más aromáticas del Mediterráneo.
Alivia tu congestión
El exceso de mucosidad y la congestión son dos de los síntomas más habituales de los resfriados, que aunque molestos puedes ayudarte y aliviar esos síntomas si recurres a la acción expectorante del tomillo. Los aceites esenciales del tomillo son los responsables de esta acción expectorante, es decir anti-mucosidad y lo hace gracias a que:
- Ejerce una acción irritante sobre la mucosa bronquial haciendo que esta produzca una mayor cantidad de mucosidad y que esta sea más líquida, consiguiendo así que las secreciones bronquiales sean más fluidas y fáciles de eliminar (se enganchen menos a las paredes de los bronquios).
- El aceite esencial también actúa aumentando el movimiento de los cilios bronquiales, que son una especie de dedos microscópicos que al moverse coordinadamente en grupo, ayudan a transportar la mucosidad hacia el exterior de nuestras vías respiratorias.
No tosas más
Otro de los síntomas habituales de los resfriados es la tos, un mecanismo que utiliza nuestro organismo para expulsar el exceso de mucosidad que se producen en el aparato respiratorio. Aunque esta estrategia es efectiva y en el fondo nos ayuda, a veces la tos puede ser muy molesta e irritante y afectar a nuestra vida cotidiana, impidiendonos descansar, dormir, etc. Para aliviar la tos, el tomillo también te puede ayudar y mucho, porque:
En sus hojas hay timol y carvacrol (aceite esencial), principios activos que ejercen una acción antiespasmódica, que se ve potenciada por los flavonoides también encontramos en el tomillo. Esta acción antiespasmódica ayuda a relajar las fibras musculares de los bronquios y garganta evitando el espasmo muscular que origina la tos.
Si a la acción antiespasmódica, sumamos que el tomillo te ayuda a mantener tus vías respiratorias más limpias de mucosidad, que en el fondo es una de las responsables de que tosas, ya tienes otro efecto antitusivo del tomillo. Vamos que a menos mucosidad menos tos.
Adiós bacterias
La acción antibacteriana del tomillo es conocida desde hace mucho tiempo, de hecho en el siglo XIX y principios del XX, cuando aun no se sabía que eran los antibióticos, el tomillo se utilizaba como un eficaz desinfectante.
En la actualidad se ha podido confirmar que su aceite esencial y algunos componentes fenólicos del tomillo, poseen acción antibacteriana y también antifúngica y antivírica. Pero el tomillo no solo es beneficioso como antiséptico general, sino que sus beneficios antibacterianos se centran sobre todo en el aparato respiratorio y renal, ya que el aceite esencial del tomillo se elimina por estas vías, haciendo que su acción antibacteriana se concentre en el aparato respiratorio y en el renal.
Además se piensa que el tomillo podría también ejerce una acción estimulante de los glóbulos blancos, por lo que además de ayudar a evitar el crecimiento bacteriano, también estaría ayudando a potenciar las defensas de nuestro propio sistema inmune para combatir esas mismas bacterias.
Un buen digestivo
El aceite esencial de tomillo además de sus múltiples acciones antiinflamatorias, antisépticas, expectorantes y antiespasmódicas, también ejerce una acción estimulante de la motilidad y secreción digestiva, por lo que es muy útil para abrir el apetito, favorecer la digestión y reducir la formación de gases digestivos (flatulencias). Para aprovechar al máximo sus beneficios digestivos es recomendable tomarlo media hora antes de las comidas y mantenerlo en la boca unos minutos antes de tragar.
Desde fuera
El tomillo es una excelente ayuda para cuidar la salud de la boca y la faringe, ayudando a aliviar faringitis y laringitis, gracias a sus propiedades antisépticas.
Externamente el aceite esencial de tomillo, posee propiedades antiinflamatorias. Esta acción se debe sobre todo al carvacrol, esta sustancia actúa reduciendo la producción de prostaglandinas inflamatorias, por esto el tomillo añadido a cremas y linimentos es una excelente ayuda para aliviar dolores musculares y articulares. Si te animas a utilizarlo, no lo uses directamente y dilúyelo antes con otro aceite, como por ejemplo el de almendras dulces.
Más vale prevenir…
Aunque el tomillo es una excelente ayuda para mejorar los síntomas del resfriado, lo mejor que tiene esta planta es que te ayuda a prevenirlo. Toma cada mañana una infusión de tomillo con miel, y si puedes combinarlo con un jarabe de equinácea, verás como esquivas el resfriado.
Sus principios activos
El aceite esencial es el principio activo más importante del tomillo, este está constituido principalmente por fenoles monoterpénicos, como el timol, carvacrol, p-cimeno, limoneno y linalol. Además de este principio activo, el tomillo también posee flavonoides como la luteolina, apigenina, naringenina, timonina o timusina, y otros componentes como ácidos fenólicos (ácido cafeico y ácido rosmarínico), triterpenos (ácido ursólico y ácido oleonólico), saponinas, taninos y un principio amargo (serpilina).
Cómo se toma
Tradicionalmente se toma en forma de infusiones de tomillo, que se prepara añadiendo una cucharada sopera de planta o una bolsita de infusión, en una taza de agua hirviendo, se deja reposar unos minutos y finalmente se filtra. Pero también se puede tomar en forma de infusión mezclado con otras plantas como liquen de mar, gordolobo, pino, eucalipto, malva o saúco.
Los vahos de tomillo también son una excelente forma de beneficiarse de las virtudes del tomillo, especialmente para tratar problemas respiratorios como resfriados, gripe o laringitis. Para ello prepara un cuenco donde quepa al menos un litro de agua hirviendo y añade de 20 a 30 gotas de aceite esencial de tomillo o un par de cucharadas de planta seca. Inclínate sobre el cuenco y cúbrete la cabeza con una toalla grande, para que no se escape el vaho. Toma los vahos durante unos 10 minutos un par de veces al día.
En la cocina
El tomillo se ha utilizado en las cocinas del Mediterráneo desde hace siglos, para aromatizar salsas, carnes, pescados y ensaladas. Pero también ha sido una hierba muy utilizada para preparar encurtidos, gracias a sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes, que ayudan a conservar durante más tiempo este tipo de alimento.
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